PinkPalo´s Concept
Al comenzar el proyecto, el equipo inventó un storytelling que reforzara los atributos que pretendÃan para su marca. Un relato que, decÃan, también les servÃa a ellos para saber cómo y en quién pensar cuando trabajaban en la propuesta Pinkpalo.
Tras Pink Palo se encuentran Inés, Clara y LucÃa, tres jóvenes profesionales en la treintena a las que Central Park cambió sus vidas. Tal cual. Se citaban dos dÃas a la semana en la entrada de la Grand Army Plaza para correr durante cuarenta y cinco minutos. Un momento de desconexión total ante el estrés del dÃa a dÃa de Inés y Clara y sus empleos en banca de inversión, y de LucÃa y su trabajo en un estudio de interiorismo.



Apasionadas por la moda, las tres vieron una clara oportunidad de negocio durante aquellas sesiones de running: crear una marca de ropa realmente deportiva que estuviera tanto a la altura de sus entrenamientos, como a la moda.
Hasta entonces, en demasiadas ocasiones se veÃan obligadas a optar por una prenda técnica con la que corrieran verdaderamente cómodas, o renunciar a parte del confort para lucir un outfit genial (éste, además, difÃcil de encontrar entre demasiada estridencia). Comentaban que, si les pasaba a ellas, habrÃa millones de mujeres a los que les sucediera lo mismo… Y decidieron comprobarlo.
Dicho y hecho. El origen de Pink Palo se remonta a 2012, con un diseño de camiseta térmica de LucÃa, que, tras múltiples retoques, acabó en una nave de un cliente y amigo de Inés,
Tom. Fabricante y proveedor de las prendas interiores de la policÃa de la ciudad de Nueva York, Tom les hizo una tirada de 300 prendas. Se agotaron en una semana.

Inés, Clara y LucÃa no daban crédito al éxito que habÃan tenido. Se acercaba el verano, y con el dinero que habÃan ganado –junto a unos ahorros-, decidieron regalarse un verano diferente: ¡Aventura en Indonesia! Diez dÃas de voluntariado en un orfanato de Yakarta y otros diez de relax total con clases de surf en las paradisiácas playas de Bali. Fue allà donde decidieron ir un paso más allá con su sueño de una nueva marca deportiva y donde idearon el nombre de Pinkpalo (en referencia a la planta de Palosanto de la India que allà conocieron).
Recogieron el pedido un jueves por la noche, apenas dÃa y pico antes del maratón de San Francisco al que las tres se habÃan apuntado junto a colegas de trabajo de Clara. Tras la carrera, más de una treintena de corredoras se acercaron a ellas para preguntarles que de dónde habÃan conseguido aquellas camisetas tan geniales… Fueron las primeras clientas de lo que después serÃa Pink Palo, responsables de que en siete dÃas de boca a oreja volarán de sus manos las 300 prendas que Tom les habÃa confeccionado.

Las tres querÃan vivir de otra forma, ganar independencia y, sobre todo, dedicar sus esfuerzos a lo que realmente les importara.
AsÃ, tras regresar a Nueva York, Inés, Clara y LucÃa abandonaron sus respectivas empresas para lanzarse a la aventura de la creación de PinkPalo.